El dramaturgo y activista Yunior García, uno de los principales rostros visibles de la oposición en Cuba, se encuentra en España luego de que el pasado lunes no pudiera manifestarse en las protestas en La Habana contra el régimen de Díaz-Canel, que él mismo promovió, por tener su casa sitia por las fuerzas de seguridad.
García es el fundador del movimiento Archipiélago, el grupo de cubanos opositores que se describe a sí mismo como “una vía para buscar una salida cívica a la crisis” de la isla y que convocó a las movilizaciones del pasado lunes.
Según fuentes gubernamentales, aterrizó en Madrid con un visado de turista junto a su esposa. Todavía no está claro cuáles son sus planes en el país europeo.
“Confirmamos que han llegado él y su esposa, con visado de turista”, dijeron las fuentes del gobierno de España, sin ofrecer mayores detalles.
Desde el domingo no se tenía noticias de García, de 39 años. Lo último que se supo fue a través de un mensaje en su cuenta de Facebook, donde confirmó que su casa estaba “sitiada” por funcionarios del Gobierno “vestidos de civil”, “haciéndose pasar por el pueblo”, impidiéndole salir para dirigirse a la avenida de la capital cubana y protestar contra el régimen.
“Hay carros en todas las esquinas y grupos debajo de mi edificio”, detalló el activista, quien explicó a la BBC que tampoco tenía internet, por lo que creía que las autoridades estaban tratando de mantenerlo “incomunicado”.
Los oficiales cubrieron con una bandera gigante, desde el techo, la ventana en la que García se asomaba con una rosa blanca en el tercer piso de su edificio, ante la mirada de muchos vecinos. “Estoy listo, como ven, vestido de blanco con una rosa blanca y cuando sea el momento saldré de mi casa”, dijo el dramaturgo.
En tanto el grupo opositor Archipiélago explicó que “el régimen cubano le ha sometido [a García] a un bloqueo cruel, ilegal e inhumano”.
“La acción de sitiar a un ciudadano para impedirle caminar por una calle habanera no solo se valió de un repugnante acto ‘cultural’ de repudio y de un cerco de policías vestidos de civil, también consistió en tapiar su ventana usando la sagrada insignia nacional como un bochornoso telón de represión”, explicó el colectivo.
Los organizadores del 15N solicitaron autorización en varias provincias para llevar a cabo su protesta pacífica para exigir mayores libertades políticas y la liberación de presos políticos, una situación inédita en un país donde la oposición no tiene derecho a manifestarse.
Pero el gobierno declaró a la manifestación una “provocación” con “fines desestabilizadores”, un acto ilegal al no reconocer “legitimidad en las razones que se esgrimen para la marcha”, anunció el ejecutivo.
Los miembros de Archipiélago denunciaron al menos seis retenciones de sus líderes para impedirles que se organicen las protestas.
Agencia AFP